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23 Y Judá contestó:

— Pues que se quede con las cosas; no es cuestión de que hagamos el ridículo. Yo le he enviado el cabrito y tú no la has encontrado.

24 Unos tres meses más tarde le contaron a Judá lo siguiente:

— Tamar, tu nuera, se ha prostituido y, en una de sus andanzas, ha quedado embarazada.

Entonces Judá ordenó:

— ¡Que la saquen afuera y la quemen!

25 Pero cuando la estaban sacando, ella envió a decir a su suegro:

— Estas cosas pertenecen al hombre que me dejó embarazada. A ver si reconoces de quién es este sello con su cordón y este bastón.

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